martes, diciembre 30, 2008

Shostakóvich para terminar

Se fue el año. Son las 11:27 de la noche del Martes 30 de Diciembre. Estamos a unos minutos de iniciar el último día del 2008. Seguramente a muchos nos faltaron cosas por hacer, conciertos a los cuales asistir, películas que no vimos en la sala de cine y que después tuvimos que rentar, ya no fuimos a correr y dejamos los kilitos de más reposando donde siempre... ¡Ah! La lista es larga. Seguro también quedaron muchas cosas en el tintero mental esperando ser posteadas, en el caso de la niña de las lineas en la mente, seguro quedaron en su cuadernito de notas. Yo intente hacer eso, un cuadernito de notas, le tomé la palabra. Pero sucede que esa historia del cuadernito está ahí todavía, en el cuadernito. Como fue una historia cachada en el micro, la cache como apunte: una palabra, una idea, un dibujito... cosas sueltas que hay que tejer y que no he tejido y que ahora no me detendré a tejer. Qué decir de los discos que no compramos o que sólo escuchamos a pedazos. De eso no se mucho, me gusta la música, pero no soy melómano consumado, de vez en cuando descargo alguna rolita que me agrado o consigo el disco con alguien y lo descargo al iTunes. Sé que muchos mueren por el arte del booklet o la originalidad del empaque o la edición especial con dvd y un chingo de extras... yo no, o al menos no por todos. No niego que me atrae, pero mi educación corrió en otro sentido. Crecí con El Fonografo, con la XEB La B Grande de México (que ahora dirigen Jesus Flores y Escalante y Pablo Dueñas, un par de personajes sin igual y una mancuerna de fábula) y con Radio Infantil (ya extinta) y lo más rocker que recuerdo es El Niño Robot (esta versión no es la original, pero igual se dan una idea). Envidio -a la buena- la cultura musical del Piroclasto, su gusto tan diverso por las notas y las rimas y las no rimas y el buen gusto del Osama. Por otra parte no soy ajeno a todo ello. No comencé a ir a la filarmónica desde niño, pero tampoco quedé alejado de ella. Desde otro ángulo, Charon me ha instruido en años recientes en el sonido nacional -escuchese aquí desde La Lupita hasta Lost Acapulco y demás bandas-. ¡Vamos!, que neófito neófito no soy. En fin... Hay muchas cosas que éste año han quedado inconclusas o sin siquiera haber sido comenzadas, pero no me quejo, por algo ha pasado así. No es que yo sea de aquellos que le dejan las cosas al destino, pero creo que lo que pasa pasa y es por algo y lo que no pues no pasa y también es por algo. Aquí hay que recordar que "la casualidad no es si no el efecto desconocido de una causa ignorada" -no recuerdo ahora quien lo dijo-.
Algo con lo que si crecí fue con una necesidad de ir acopiando libros. Mi padre llegaba a la casa con uno o dos libros por semana o cada quince días. Libros que yo no comprendía. Pero que me daba por hojear con asombro. A mi me habían comprado el Quillet de los niños, dos tomos de una Enciclopedia Tecnológica ilustrada y la colección de Mi Libro Encantado -doce tomos-. El punto es que este año no leí mucho. O quizá sí, pero no leí muchos libros, o al menos no tantos como hubiera deseado. El año pasado tenía un librero pequeño, donde iba acomodando los libros que iba yo leyendo. Este año me mude de habitación y el librero se le quedó a mi hermano. De tal suerte que los libros que he leido han ido quedando desperdigados entre mi habitación, el librero que ahora es de mi hermano, el escritorio de la biblioteca que está hecho un real desmadre y los libreros de la biblioteca -aún en su versión intento 1.0-. Hubo libros que comencé y que por una u otra causa no pude concluir. Debo decir que creo que cada libro tiene su tiempo para cada lector, así que apelo a pensar que los que no concluí es porque aún no era su tiempo de que los leyera. Hubo otros libros que leí porque debía de leerlos, pero no por eso lo hice con menos gusto. Me gusta aplicar lo que decía Ghandi: Aprende como si fueras a vivir para siempre. Por eso procuro no despreciar lectura que cae en mis manos, y digo procuro porque hay cosas de las que huyo apenas las veo... por ejemplo del corte de superación personal o textos lavacocos o películas como el secreto (me la recomendó una mujer -LOCA- y ay va el Beetho de iluso pensando que era de suspenso o aventuras cuando se topa con alguien que le habla y le dice: sí, usted puede..., bueno... hay quien gusta de eso, yo no. Gracias.). Mucho rollo. El que quiera el demás choro que me lo solicite. Pasemos al detonante. Los libros leidos hasta el día de hoy. En desorden.

Producción de video, Curso de lingüistica general, El diablo capataz, Rayuela (siguiendo la guia de Cortázar), Retorno de electra (por enesima vez), So you want to be a producer, La virgen de los sicarios, Conducir un trailer (Excelso, la reseña sigue en proceso. Hasta me animé a hacer un mapa como de análisis de cine), Los Suspirantes (relectura, para la tesis), Prosaica vol. 2, Cinco ecuaciones que cambiaron al mundo, Paraiso 25, Marketing político, Marketing político e imagen de gobierno en funciones, Arrancame la vida (una tarde de ocio puro), El equipaje del viajero (algunos ¿cuentos? creo que algunos podrían ser minificciones, espero terminarlo en el transcurso del 31), La semiología, Un antropólogo en Marte, Elementos del discurso cinematográfico, La increible y triste historia de la candida Eréndira y de su abuela desalmada (relectura).

Tengo más títulos en la cabeza, pero mejor me los ahorro porque mi agenda mental no logra ubicar si sí los leí este año o el anterior, lo unico que tengo es la sensación de haberlos leido hace poco y como ahora no los fui colocando en algún lugar en especial... sólo sé que ya los leí.

Me hubiera gustado leer más y releer algunos como por ejemplo Memoria personal de un país y algunos más sobre historia nacional.

Leí también algunos artículos, no muchos o no lo sé. ¿Cuenta la lectura diaria y religiosa de las secciones de opinión y editoriales de los periódicos? ¿La sección de Hasta atrás de Día siete por ejemplo y artículos electrónicos de Razón y Palabra, Proceso y la Revista Mexicana de Comunicación? Creo que no, al inicio fui claro y excluyente: sólo libros. Aunque ahora que lo re-pienso, creo que en realidad leemos más de lo que creemos. Aún cuando leamos un obituario, por breve que sea, ya hemos leido.

Por último y para terminar con este extenso post, una sinfonía, bueno, parte de una sinfonía que me ha rondado todo el día y que me parece muy adecuada para ir cerrando el año.

De Dmitri Shostakóvich, parte de la décima sinfonía que, por cierto, es formada con la firma musical del autor -DSCH- de acuerdo a la nomenclatura musical germánica.

viernes, diciembre 26, 2008

A proposito de "Tren simultaneo"

Nada es nuevo bajo el Sol, todo es... Creo que muchos pensamos en las mismas cosas, aún cuando las veamos desde un ángulo distinto o pensemos en abordarlas de diferente manera. Claro, de acuerdo a los derechos de autor, aquel que lo registra primero es el dueño, aún cuando otro lo haya pensado antes... ¡Lios burocráticos! Además está el plus de cómo saber que el que ahora, en este momento, está teniendo una idea no sabía ni jota de la idea ya registrada o realizada: ¿Cómo comprobar objetivamente los conocimientos previos que puede o no tener alguien de alguna idea que otro(s) ya tuvo(ieron)? En fin... ¡Detalles! Y en algunos casos, detalles muy engorrosos, costosos y de amplitud legal y noticiosa muy entretenida... o en otros casos algo dramática como en Secret Window. Ya no digo más. El asunto es sencillo. Hay de dos sopas: o leen primero este post: Tren simultaneo o ven primero el corto siguiente. Saquen ustedes la conclusión. Lo único que debo de decirles es que éste corto lo conocí hasta el día viernes, 26 de Diciembre de 2008 pasadas las 23 horas. El cuento del post se me ocurrió el viernes 12 de diciembre de 2008 a eso de las 14 horas luego de un viaje en el metro de la Ciudad de México.



P.d.
Gracias a Dann por hacer de mi conocimiento este corto.

P.d. 2
Unos datos del corto que me encontré: Realizado en el año 1992. Ganó el Goya al mejor cortometraje de ficción en el año 1993, está protagonizado por Ariadna Gil ("Alatriste", "El laberinto del fauno", "Bienvenido a casa", "Hormigas en la boca", "Soldados de Salamina", "El embrujo de Shangai", "Obra maestra", "Nueces para el amor", "Libertarias", "Malena es un nombre de tango", "Los peores años de nuestra vida", "Belle époque", "Amo tu cama rica") y Coque Malla (líder del grupo Los Ronaldos, con éxitos como "Adiós, papá" o "Guárdalo con amor", y que ha protagonizado películas como "Días de cine", "Schubert", "SeX", "Nada en la nevera", "La leyenda de Balthasar el Castrado", "El efecto mariposa", "Todo es mentira", "¡Dispara!", "Madregilda"). Lo dirige Álvaro Fernández Armero y Nacho Cano fue productor asociado.

miércoles, diciembre 24, 2008

Los rudos, los rudos, los rudos

De Lunes a Viernes, por el 88.9 fm, sale al aire un programa deportivo, seguro no es el mejor y muchos dirán que es muy chafa, pero a mi igual me gusta. Pepe Segarra, Jorge Pietrasanta y Arturo "El Rudo" Rivera, hacen más ameno mi trayecto al entrenamiento. Si no lo han escuchado deberían de hacerlo, igual y les gusta (transmisión en linea, pagina web). La sección del Hall Of Fame es genial, ponen y mandan cada apodo que se vuelan la barda y algunos son -de acuerdo a los propios conductores- "¡de alto octanaje padre santo!". Y es justo por el buen humor que contagian que hago este breve post.

Ahora, con ustedes, El Briago ¡que diga! El Rudo Rivera:

martes, diciembre 23, 2008

Libros nuevos

Uno

Hoy paré en la librería. Me entretuve buscando algunos libros. Iba sin títulos concretos en la mente, sólo quería ver qué me encontraba y ver si alguno acomodaba a mis intereses del momento (política, marketing, medios de comunicación, elecciones, transición política, televisión, ..., etc.), al final terminé con una pila de unos diez libros y como todos me interesaban no podía decidirme por cuáles, así que consulté la cartera, sume y la selección se redujo a la mitad. Así pasa cuando no sabes lo que vas a encontrar, cuando no esperas detenerte a comprar algo. Hoy no estaba en mi plan la librería, pero igual llegué ahí. Al final me salí con sólo tres libros en la mano, aún tenía que comer algo y a esa hora era ya algo indispensable.
Me gustan los libros nuevos, no más que los viejos que ya poseen su historia y que quizá estén anotados (si se tiene suerte, uno puede encontrar libros anotados muy interesantes en los cuales puede urgar un poco en la vida o personalidad del lector anterior), me gustan por que es emocionante destaparlos, quitarles el celofán o el plástico fino que los cubre y protege hasta que llegan a nuestras manos. Es como redescubrir la emoción de destapar un juguete nuevo en reyes. Uno lo destapa y entonces un leve aroma a papel y tinta brota hacia la nariz. Es un libro nuevo. Recien desempacado. Con la forma exacta, sin las hojas más abultadas de un lado o la cubierta agrietada cerca del lomo por el abrir y cerrar. La cubierta brillosa sin marcas de grasa dactilar, sin huellas. Hay quienes a falta de separadores doblan la esquina de la página para no perderse. A mi me duele hacerles eso. Creo que los libros sienten. Tampoco me gusta usar marcador en ellos. Pero creo que un poco de grafito bien puesto les da personalidad... o quizá un poco de tinta certera. Pero doblarlos no se me hace ley. Me gusta abrir libros nuevos. Es rico poder ver lo que contienen antes de comprarlos, echarles una ojeada, especialemente cuando tratan de algún tema más académico. Con las novelas y los libros de cuento me basta con darle una revisada a la contraportada y dejar la sorpresa de si es bueno o malo -según mi juicio personal, que no es necesariamente el colectivo- para el final de la lectura. Pero luego, cuando después de revisar el libro descubro que si es el que deseo, me gusta tomar uno cerrado. Me gusta poder llegar a casa y ser yo el primero en sacarlo del encierro plástico al que fue destinado después de la prensa. Me gusta el leve aroma que emana cuando quitas la envoltura. Luego un buen café, una buena cerveza, un buen vino, un buen vodka, ..., o sólo el momento preciso y justo de iniciar una buena lectura de un libro recién desempacado.

Dos

Una navidad más, Navidad 2008. A todos los que lleguen hasta ésta linea -y a los que no también- mis mejores deseos. Para la Nochebuena, para la Navidad, para el año que viene. Un abrazo fuerte y sincero a todos aquellos que han pasado y dejado su huella por aquí y yambién a aquellos que han pasado anonimamente. A todos, mis mejores deseos hoy y siempre.

Tres

Seguro ya muchos postearon este video, pero igual me da lo mismo. Lo pondré.

lunes, diciembre 15, 2008

Tren simultaneo

Para Karina y Roberto.

La vida es aquello que te va sucediendo
mientras te empeñas en hacer otros planes.
John Lennon

La vida es como un arca inmensa
llena de posibilidades.
Amado Nervo

Luego del abordaje el tren permaneció parado, estático y con las puertas abiertas. Algunos pasajeros del siguiente tren decidieron abordar aún cuando sabían que viajarían de pie.
Por los altavoces se escuchó un pitido. El tren cerró sus puertas y comenzó a andar.
Ella y él iban parados uno frente al otro, sosteniéndose a ratos del mismo soporte.

Ella

Fijaba la mirada en algún punto. Se recargaba en la pared del vagón, soltaba el soporte y metía la mano libre al bolsillo derecho del jeans. Luego repetía la rutina.

La morena casi no parpadeaba, llevaba poco maquillaje, las manos recién hecha la manicura y se notaba que había pasado buen rato frente al espejo planchándose el cabello. Los ojos grandes, la cara afilada. El cuerpo menudo y apretado. Aún debajo del suéter y los pantalones holgados era fácil imaginar su figura.

Él

Flaco, tirándole a escuálido. Su delgadez se acentuaba más con los Dockers color caqui que llevaba. La camisa cuadriculada de manga corta confirmaba su languidez. El rostro redondo, la frente cubierta por el cabello que caía cual aguacero contra el que no tenía caso luchar intentando darle cauce a algún otro estilo de peinado.

Leía una novela, pero luego de que ella subiera con la segunda ronda de pasajeros no pudo continuar. Se limitó a simular que leía mientras de reojo esperaba a que ella dirigiera la mirada a algún lugar para voltearla a ver.

Ellos

Se armó de valor. Cerró la novela, la metió en la mochila y luego se le quedó mirando fijamente esperando que ella le contestara la mirada. Preparaba mentalmente las palabras, la frase adecuada: ¿me permite dos palabras?; disculpe, hay algo que debo decirle; espero no importunarla, sé que soy un atrevido pero…; ¿hacía dónde va?...
Ensimismado, aún sin decidirse, sintió que alguien lo veía. Salió del trance sólo para encontrar que ella lo veía sonriéndole. Por los altavoces del tren se anunció la próxima parada. Él balbuceo y luego sin encontrar el tono adecuado le dijo Es usted preciosa. Obtuvo por respuesta una sonrisa más grande, ella iba a comenzar a hablar pero el tren comenzó a detenerse y él la interrumpió diciendo Debo bajar. Dio media vuelta y se dejo arrastrar por el rió de gente que se apresuraba a descender del tren.
-Estúpido, ¿qué es eso de “debo bajar”? Debí al menos de preguntarle su nombre, su número… Debí, debí, debí.
Se detuvo luego en la primer maquina de refrescos que encontró y compró una Coca.

Ella bajó antes de que cerraran las puertas. Hizo un intento por alcanzarlo pero el incontrolable flujo humano la hizo desistir. No había tenido tiempo ni de decir gracias. Lo había intentado pero el la interrumpió diciéndole Debo bajar. Si no hubiese salido con tanta prisa habría bajado del tren junto con él. No lo acostumbraba, pero él se veía tan inofensivo pensó. Después se detuvo en el puesto de cosméticos que estaba frente a la máquina de refrescos a comprar un brillo labial.

viernes, diciembre 12, 2008

Iba a escribir...

pero me fui a dar la vuelta por todos los blogs de los que me he vuelto seguidor... esto me gusta. Es como estar parado en la ventana de un edificio y poder ver a través de ella lo que pasa en las diversas ventanas del edificio de enfrente.

Iba a escribir... pero ya me dio sueño.
Hoy -ayer- al fin entregué los primeros capítulos de lo que será mi tesis. Eso me dejo, al menos por hoy, molido mentalmente... pero sólo un poco. Con tantas ideas y cosas en la cabeza es imposible que mis neuronas se ponga en huelga, además de que soy un ocurrente ojete que no les ha dejado formar sindicato alguno que defienda su derecho a no hacer sinapsis.

Iba a escribir... pero ya me dio sueño.

Por cierto... que chido que los demás autores de los blogs que frecuento si pudieron escribir algo aunque haya sido a fuerzitas -el divan-.

sábado, diciembre 06, 2008

Letras sobre la mesa I

De esto hace apenas poco más de una semana. Anduve por Bellas Artes. La Sala Adamo Boari no estaba tan fresca, en ningún sentido. Se sentía calor, no sólo humano, también el ambiente estaba caluroso, pero era soportable...

Odio que me interrumpan cuando escribo, no sólo en el blog, también cuando redacto trabajos escolares y/o cualquier cosa que se me viene a la mente. Mi madre fue a la librería, trajo un montón de libros. Me la ha dicho una vez. Le dije que los revisaría después. Pero está hiperactiva. Le he dicho que estoy escribiendo, pero ahora insiste en que mire los títulos y me los pasa uno a uno. Se me ha ido la idea poética que traía en la cabeza. Maldita sea. Odio que se me vayan las ideas poéticas. Así que... bueno, como no tengo idea poética ahora, aprovecharé el coraje que me ha dado ser interrumpido. Benedetti, Saramago, Mastretta -no me agrada mucho-, Pamuk, La historia del 3.1416, la historia de e (el número), ..., el abcd del arte, ..., no sé cuantos más... yo sólo quería escribir algo poético... ahora se ha ido. Sólo me queda en la cabeza el nombre del poeta al que iba dedicado este espacio y que tuve la oportunidad de conocer y escuchar algunos de sus trabajos de viva voz y que, quizá, no sea tan conocido, pero que me hizo estremecer cuando leyo versos referentes al tsunami que azotó Sri Lanka -antes Ceilan-. Se llama Indram, Indram Amirthanayagam, su nombre parece crucigrama. Pero su poesía me gustó. No encontré el poema que buscaba de él, por la interrupción de mi madre. Pero igual y su interrupción fue buena, pues me quedé en la Oda a la Mangosta. Ay les va.

ODA A LA MANGOSTA


En Abidjan
un hombre
me trajo
una mangosta
a casa.

Quise
comprar
el roedor,
guardarlo
como mascota.

Mi esposa
me negó,
le negó
a la mangosta.

Ahora
me quedo
sin esposa
y sin
mangosta.

Si les gustó, este poeta es bloggero también, piquenlé aquí: Idram Amirthanayagam

Aún tengo material de este encuentro de escritores... sobre todo uno que quiero compartir sobre Rogelio Guedea. Al siguiente.