lunes, junio 15, 2009

Un domingo por la tarde

Tomo el auto y conduzco. Es rico conducir sin tener que presionar el freno, dejar que el auto se vaya con la inercia. Curva, no freno, recta acelero. Desde San Antonio hasta Calzada de Tlalpan sin pisar el freno, sólo dejo al auto que se vaya. Si debo de bajar la velocidad freno un poco con motor, de quinta a cuarta y de cuarta a tercera, pero sólo un poco. Las otras veces bajo de quinta a cuarta para recuperar potencia. Soy tranquilo, nada de aventar el auto al de enfrente. Si puedo rebaso, si hay alguno que venga más rápido detrás de mi lo dejo pasar. Mi motor 1.3 litros sin turbo no me da para mucho, pero me lleva y me trae. Lo chido del trayecto es la música. No se puede conducir sin buena música, claro, a menos que vayas a más conduciendo un auto la Nascar o de F1, ¿pondrán música mientras conducen? Yo si pongo y, lo confieso, muchas veces me pongo a aullar y berrear la rola que venga sonando.

Ayer me toco una rola que hace buen rato no escuchaba, una de aquellas que en cuanto la escuchas de nuevo te acuerdas de lo que dice sílaba a sílaba. Llegué a casa y me puse a youtubear. La rola: Praise you, Fatboy Slim.



Y de paso me encontré con este

1 comentario:

the lines on my face dijo...

ahora que tengo carro aquí es extraño, de hecho los domingos no son tan chidos por esta zona, o la gente va baboseando demasiado o aparecen todos los que manejan mal y deciden ser dueños de la calle, es molesto manejar viernes sábados y domingos, jajaja... saludines... ahhh creo que habrá otra posprefiesta jajaja