jueves, agosto 13, 2009

Mar Adentro

Mar Adentro
Por Ramón Sampedro

Mar adentro,
mar adentro.

Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.

El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más adentro'
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

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No he podido sacar la pluma del tintero. Al menos no con la certeza y la inspiración que desearía. Me doy la vuelta por otros blogs y veo como el modo de uso de la lengua cada vez es más light y me resisto. Hay días que desearía poder escribir con esa ligereza. Sin preocuparme de usar el sufijo, la preposición y la persona indicada. Sin tener que recurrir a cada línea al diccionario y debatirme entre decir "el agua" o "la agua" (discusión de sobra comentada, era por da un ejemplo simple, así, sin más). Llevo meses sin poder hacer una reseña. Me quedé varado, que es peor que estar al pairo. Al menos así lo creo, así lo siento. Luis: lejos. Daniel: lejos. Uriel: lejos. Hace días que no bebo una cerveza con buena compañía. Beber una cerveza y luego otra y luego otra hasta que el Sol nos ciegue de nuevo la visión. Así no es lo mismo.

Mientras, busco sitio en este vida minificcionada. ¿Qué hacer? ¿A dónde ir? Hay una parte de mi vida que aún no cuaja. Esto es como un banquete mal combinado siento yo. Es como beber vino inmediatamente después de haber mordido una lechuga y un tomate rojo.

¿Les he dicho ya que conocí hace tiempo a Rogelio Guedea, que me subí a su tráiler e hice su ruta en sólo doce horas efectivas, sino es que menos? ¿Qué aún le debo mi opinión? Y no es que no quiera dársela. Es que estoy varado. No sé que decir, no sé como comenzar. Su texto me llevo en tantas direcciones, subí y bajé del tráiler y volví a subir y volví a bajar y... Es la fecha que me sigo subiendo y bajando. De repente lo tomo y lo leo, dos, tres, cuatro cuartillas, un capítulo. Me voy y regreso y de va de nuez. Lo tengo a la mano siempre, por si tengo que ir a una encerrona en el cuarto de "al fondo a la derecha", y lo leo con calma y premeditada parsimonia. Lo leo en voz alta y me imagino siendo yo quien va de arriba-abajo haciendo el recorrido. Me imagino siendo yo quien esta parado frente a un escritorio del MP; quien está parado ahí viendo como le meten de plomazos al chamaco aquel; quien carga la guitarra y se sienta junto al hombre que no es hombre. Y recuerdo entonces la parte que escuche de propia voz de Rogelio y más me dan ganas de volverlo a leer. Hay tanta madeja de donde sacar hebra en esa novela. Creo que bastaría que le mandase un correo en blanco, tan solo con un punto como contenido y que en el subject dijera "Me gustó". Y va de nuez la vida resumida. Zavala diría que esa opinión es valida. Valida de acuerdo con el humor que se cargue en ese momento. Pero a mi ese tráiler de Guedea me deja siempre tan de buen humor que un me gustó no bastaría. Tiene tantas escenas, escenas vividas que parece que uno esta ahí, parado entre todos y cada uno de los personajes casi tocándolos, escuchando sus tonos de voz y viendo sus gestos, sintiendo su mirada. Y entonces ahora, sería necesario que les contase la historia, que les dijese quién es Abel Corona, dónde vive, a qué se dedica, qué es de su vida. Pero eso no es nada fácil. No de oídas. Sería como jugar al teléfono descompuesto. Debo de hacerlo, sí. Pero no será hoy. Antes debo de terminar de asimilar, de conducir por enésima vez el tráiler y sólo así, talvez, pueda hacer una reseña decente. Mientras eso no pase, les dejo una probada del tráiler de Roguelio Guedea: www.rogelioguedea.com. Yo, debo de ir al cuarto de al fondo a la derecha.


1 comentario:

Diablo Guardián dijo...

Hay que jugar con las palabras, bajar el lenguaje sin revolcarlo, dejar de batallar con la RAE ( yo también lo hago)...

En Septiembre llegan las cervezas... Un abrazo