¿A dónde van las bicis robadas? Muchos seguro se las quedan, otros las deben de vender o ve tú a saber que hagan con ellas. No soy el único al que le han robado una bici (ej. ver a mi gurú del bló aquí). La mía se la llevaron de Cuemanco hace ya como diez años. No era gran cosa, una Benotto, sin mayor valor que el sentimental, jamás le llegué a meter piezas buenas, además de que el cuadro era muy pesado.
Lo curioso es que está semana que pasó primero me encontré con la historia de Manolo y luego con una publicada en Día Siete, en el número 427 (El ladrón de bicicletas de Carmen Boullosa, sección "hasta atrás"). Ambas historias provocadas por las bicicletas.
El caso es que de los robos de bicicletas, este gran robo de bicis, si que hizo ruido en Toronto: In a Cyclist-Friendly City, a Black Hole for Bikes
domingo, octubre 26, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
A mi nunca me robaron mi bici, pero mi mamá decidió regalarla en mi ausencia... casi casi lo mismo, y ahora que lo recuerdo me da coraje grrrr!!! Pero para narraciones de bicicletas, a ver la película el ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica, muy buena película... ;)
De hecho, el articulo de día siete que menciono, hace alusión a esa película en las primeras lineas.
Qué coraje con tú mamá, a mi me pasó igual, sólo que con un marranito que tenía. Ahora lo cuento.
Publicar un comentario