Hay muchos días que se esperan con ganas. Cuando era niño me encantaba esperar Día de Muertos. Era algo muy chido el tener que hacer tu calavera y luego, por la noche, salir a vagar por las calles pidiendo calavera. Era chido por muchas razones. La primera es que en ese día, podías salir de noche con tus amigos, primos o quien quiera que formara tu pandilla y, lo que era mejor, es que podías ir sin papás. Podíamos recorrer todas las calles del pueblo -tres cuadras de largo por tres de ancho, el resto formaba parte de algo muy parecido a la dimensión desconocida-. La segunda razón era que siempre regresabas con algo en las manos y todo por sólo cantar unos cuantos cantos eclesiasticos a la puerta de cualquier vecino.
En mi pueblo, además, existe la tradición de ir a alumbrar, algo así como lo hacen en Mixquic, pero en el panteón local y sin tantas cámaras y reporteros rondando -de hecho, ninguno-, así que es algo muy hogareño. Eso era algo emocionante por que le sumaba a la emoción de salir sólos y de noche, la emoción de no tener que ir temprano a la cama, podías ir al panteón y quedarte sentado calentandote frente a una fogata o ir de una tumba a otra sólo viendo.
Este año, me invadió un sentimiento de nostalgia. Hace mucho tiempo que no voy al panteón a alumbrar, y también hacía mucho tiempo que no hacía una calavera, pero este sábado me decidí a hacer una calavera. No me animé a ir al panteón.
Así se hace una calavera -para salir a pedir calavera- con un chilacayote.
Personas que extraño y que no volverán:
Abuelita Chonis
Abuelita Pechi
Abuelito Chucho
Don Luis PR
Tío Ernesto
Réquiem aeternam dona eis Domine.
Et lux perpetua luceat eis.
Requiéscant in pace.
Amen.
lunes, noviembre 03, 2008
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1 comentario:
oooorale, pues yo nunca he hecho una, tampoco salía a pedir calaverita, lo único que hago es poner ofrenda... y tomar fotos de ofrendas... qué chafa!
quiero un chilacayote y hacer algo así!
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