Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión.
Habib Bourguiba
De esto hace ya algunos años. Resulta que un refresco patrocinó un torneo de tercias -de basquetball- y Dann, otro par (que ahora no tengo bien claro quien más iba... creo que el Güicho -él nunca falta en mis aventuras- y al otro ahora si no lo recuerdo), decidimos inscribirnos. La inscripción era en Coyoacán, en las oficinas de una revista deportiva, así que investigamos como llegar, juntamos lo necesario y nos pusimos en camino. No pudimos llegar a la primera. Nos perdimos. Como la calle a la que ibamos hacía esquina con Miguel Ángel de Quevedo se nos hizo fácil comenzar a buscarla desde el cruce con calzada de Tlalpan, cosa que nos costo como veinte pesos más, pues luego debimos de tomar un taxi que nos acercara lo más posible, ya que la calle estaba como tres cuadras adelante de Carrillo Puerto. Cuando al fin pudimos llegar era casi la hora en que cerraban el registro del día. Recuerdo que nos recibió una chica y nos comenzó a hacer la plática, luego le dijo a su ayudante "A ver, tú quitate que siempre la riegas", el ayudante se quitó y nuestra anfitriona siguio: "Huy! Es que ese la otra vez le tiro el café al teclado". Y ahi fue donde apareció la pregunta de burla: ¿Frio o caliente? La burla me duro buen rato, y creo que ahora los testigos no recuerdan el incidente, pero... ¡qué más da! ¡El teclado ya no sirvio!
viernes, agosto 24, 2007
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