domingo, septiembre 21, 2008

Jefes de Jefes

Camino a Michoacán comenzamos con el road-track, la intención es comenzar con Caminos de Michoacán, pero el olvido ha sido grande: no traemos el disco abordo, ¡ni modo! Es muy de mañana, aún no termina de amanecer, el café va tibio y las galletas crujientes; el tema de Bulmaro Bermudez es de ley, no puede faltar en este viaje pero no se puede mascar, beber y cantar al mismo tiempo. Por fortuna, el repertorio que si fue empacado incluye el disco que ahora se ha convertido en el hit de quien escribe: El Más Grande Homenaje a Los Tigres del Norte.
El disco, creo que es más grande de lo que dice su mismo título. Quizá muchos no coincidan, pero lo cierto es que en lo personal, así lo siento. Recuerdo que en los noventa, el rock era rock y el norteño norteño. Los que escuchaban rock eran rebeldes y los que escuchaban norteño eran rancheros. Ahora, en algunos géneros, la linea divisoria se ha ido desvaneciendo.
El tema da para una larga historia y seguro hasta una larga y dispar controversia entre los amantes de uno y otro género... lo cierto es que yo no soy ni de un bando ni de otro, esucho y digo si me gusta o no y respeto cuanto hay. De hecho, debo de confesar que hubo un tiempo en que Los Tigres del Norte me llegaron a parecer algo que no debía de existir, al igual que Juanga y el Recodo y otros tantos... ahora sé que era un mocoso sin juicio, sin que esto quiera decir que alabo todo cuanto existe, pero ahora mi dis-gusto se va hacia otras cosas y en otros términos. Volviendo al punto... Los Tigres del Norte con su música y el disco homenaje que llevabamos a bordo causo revuelo. De rola en rola la platica caminaba sobre el icono de la cultura mexicana en que se han convertido, formando parte de una realidad no sólo musical, sino política y social.
Estando de un lado o de otro de la frontera, Los Jefes de Jefes son todo un fenómeno; han trascendido tremendamente lo musical para convertirse en un punto de referencia obligada por todo el peso de que se han llenado sus canciones, pues ya no son sólo un retrato de los acontecimientos sociales ni narcocorridos que retratan el ir y venir de algún narco cualquiera que anda regalando dinero en su tierra -lejos de nosotros-, sino son el reflejo de lo que ha permeado en nuestra vida diaria.
Por un lado, el escuchar a Los Tigres del Norte, puede llegar a remitir a muchos a la misma identidad nacional; no me imagino como se les puede llegar a enchinar la piel a todos aquellos que andan en tierras lejanas -sean las de los vecinos del norte o del otro lado del Atlántico-, al escucharlos. Sin querer el sentimiento aflora. Quizá para muchos pudiera llegar a ser como un sentimiento contradictorio, pues a pesar de que seguramente a muchos no les guste el ritmo norteño, estando lejos, llegada la añoranza y los recuerdos, basta con escuchar algo que le sea autoctono para que la lagrima este a punto de salir.

Los Tigres... dan para más, justo ahora se me vienen muchas ideas a la cabeza y comienzo a pensar que, como dice Lauro Z.: ¡Eso da para una tesis!

De momento, me conformo con agregar dos referencias, ambas obligadas:



Y ésta que, aún cuando uno no sea de Michoacán, ni ande de camino a esta bella tierra, si anda de sentimiento, basta con que se sienta un poco nacionalista para que le pegue bien y sabroso.

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