miércoles, noviembre 19, 2008

La tigre e la neve

Me gustan los días como ayer. Ayer llegué a casa dispuesto a escribir este post que ahora hago, pero tenía frío para quedarme sentado frente al escritorio, así que me fui con todo y mi manzanita a la cama, me senté, me tape, puse la computadora en mis piernas y luego, poco a poco, mientras revisaba las noticias del día me fui quedando dormido. Conclusión: hasta hoy comencé a escribir y ahora deberé modificar la entrada del post. La original rezaba: Me gustan los días como hoy. Ahora que... ya habiendo aclaro que el día de hoy no es hoy si no fue ayer -18 de nov- y que muy seguramente cuando termine de escribir esto ya será anteayer.

Me gustan los días como hoy. Fui a la Universidad, una con la que aún no me termino de identificar. Quizá por que no tiene porra, por que nadie sabe bien a bien cual es su mascota... no sé la razón, para que inventar una. Lo que si sé es que le tengo aprecio y agradecimiento por que me abrió sus puertas en un momento crucial de mi vida y, espero que conforme pase el tiempo se forje una identidad similar a la que por siempre -y aunque ahora este lejos de ella- será mi alma mater. El chiste es que fui y la clase se limito a ser una exposición del viaje más reciente del profesor, cosa que agradecí infinitamente, nos mostró postales, revistas y libros que trajo. Hubo un trío de ellos que me gustó mucho, son infantiles, pero me gustaron. Luego pondré algo de ellos por aquí. Fue grato tener charla en vez de clase. Ese profesor no está hecho para dar clases. Cuando te platica todo cobra sentido, es interesante, cuando te da clase... te duerme.

La tarde estuvo rica. Cielo despejado, sol, viento fresco tirándole a frío. Salí a correr, luego un poco de remadora en el hangar. Cuando bajamos a remar ya era tarde, pasaban de las cinco y media, de hecho no cubrimos la cuota de doce kilómetros que nos tocaba por que nos ganó la oscuridad. El trayecto remado fue muy sui generis. H y yo remábamos el 2X y J remaba el single. Cuando llegamos a los dos mil ya había comenzado a oscurecer, de regreso, cada quien en su carril y remando a la par, comenzó la plática. H no sabía lo que veía en el cielo, yo saque del baúl un nombre de algo a lo que rara vez pongo atención: Venus. El otro punto brillante debía de ser Polaris. Entonces comenzó la discusión sobre si creía que fuésemos los únicos, si en verdad descenderíamos del mono, si de existir otros seres serían igual o más o menos inteligentes que nosotros y como serían. Fue entonces que J preguntó si en verdad creíamos que descendíamos del mono, H dijo que si, yo lo secunde y me declaré darwiniano, fue entonces que J dijo: yo creo en la generación espontanea. Pensé que lo había dicho en broma, pero luego soltó un: si no es así díganme por qué no han encontrado el eslabón perdido. Para ese tiempo ya llevábamos cuatro mil metros remados y la noche ya estaba sobre nosotros. Decidimos hacer dos mil más y terminar.

Al llegar a casa, raro en mi, deje la carne y sólo comí vegetales. Estaba comenzando una película que hizo redondo mi día: La tigre e la neve. Además de divertirme vi muchas cosas en ella. El arma de destrucción masiva de Attilio de Giovanni me mató de risa. Me dio ternura ver la forma en que Attilio cuida con tanto esmero y desinterés a Vittoria, pues... quien quiera saber que sigue mejor pregunte al que esto escribe, de lo contrario no quiero arruinarle el final a quien desee ver la película. Lo que si puedo decir es que Tom Waits me hizo volar en la introducción, durante y al final de la película, ¿cómo? pues con You can never hold back spring.

Fue un día rico, redondo. La remada de hoy estuvo más que excelente, además de que el nivel va avanzando, mis palas ya casi no rozan el agua y el bote avanzaba muy bien...
...sólo me falto un buen beso para que el día fuese más que redondo, más que maravilloso y excelso... quizá otro día.

Una ronquera fabulosamente cantada



Un pedacito de La tigre e la neve acerca de lo que es la poesía y como se debe de escribir... y de castigar a las palabras que no obedecen.

1 comentario:

the lines on my face dijo...

pues sí, se lee como un buen día, esa película nunca la he visto completa, sólo partecitas, jajaja por qué pasará eso?? yo también vi el cielo en la noche y volví a decir aaa qué chido que ya tengo lentes, jajaja.... saludos ;)