martes, enero 23, 2007

No hay parada pasando la calle

La rutina del transporte es la misma todos los días, sin embargo hay detalles que día a día terminan por hacerla única.

Por la mañana la ruta casa-escuela está llena de transito, estrés y prisa por llegar a la primera clase. Quizá hay muchos puntos dignos de resaltarse pero, al igual que muchos sueños se olvidan al despertar, estos se borran al entrar al salón de clases y ser recibido por el profesor con una pregunta a boca de jarro: A ver... ¡usted! ¡el que acaba de llegar! ¿Qué comprendió de la lectura?

El regreso a casa resulta ser un tanto más calmado y es posible observar más cosas. Regularmente acostumbro usar los autobuses de la Red de Transporte Urbano, conocidos por algunos como los ex R100 o llamados por otros como RTP’s, pero ésta y a manera de ejercicio –solicitado por el profesor de Taller de Periodismo-, me animé a usar los famosos “microbuses”. Al subir noté el clásico letrero pegado junto al timbre que anuncia: Pasando la calle no hay parada.
“La Sabrosita” suena estruendosamente en la radio, el mofle emula un avión a punto de despegar cada que el chofer acelera y el viaje se llena de colorido con los anuncios que hay en los parabuses y postes del alumbrado público, pero en especial uno atrae mi atención, no tanto por su diseño, sino porque trata el tema del momento: la tortilla.

Este anuncio reza algo así como:

TORTILLA: $3.90 Kg.

Y en letras más pequeñas:

Máximo 5 Kg. por persona

¡Ah! Sin duda, como dijo alguno de nuestros pasados presidentes: “La familia pequeña vive mejor”.

Por lo demás el regreso a casa transcurre con lo normal: cláxones mentando madres, cerrones, acelerones y demás violaciones cotidianas al reglamento de tránsito.

Ya para llegar a casa, por seguir observando un lío familiar entre una señora gorda y su pequeño hijo que le ha derramado el helado sobre su vestido nuevo, olvidé tocar el timbre. ¡Carajo! ¡Ahora me bajará hasta la otra esquina! –pensé-, así que “sólo por curiosidad” toqué el timbre del microbús cuando ya estábamos cruzando la calle y ¡Oh sorpresa! Descubrí que, contra lo que dice el letrerito que esta junto al timbre, si hay parada pasando la calle... ¡obvio esto lo sabe todo buen citadino!

1 comentario:

Anónimo dijo...

!¿Cómo no te habías dado cuenta de que SI hay parada pasando la calle?¡
Uno de mis profesores me dijo que el ser artistas es poseer la capacidad de detener el tiempo, para escuchar el mundo y reflexionar, para no ignorar. Tu sabes de eso. Gracias por llevarme unos minutos de regreso a mi país.

Te quiero hermano.
DANN