viernes, mayo 15, 2009

Supernatural + Eye of the tiger

Por fin llovió hoy en el sur de la ciudad. Hace días que las nubes sólo nos hacían la finta. Hoy al fin llovió. En jueves. Jueves de Supernatural. Me declaro fan -no al extremo, quizá más de la categoría de "seguidor a secas"-.
Salí de la clase de inglés y ya llovía, caminé un poco a prisa, baje por la rampa del estacionamiento y abordé el auto. Luego me dió comenzón en la parte interna del antebrazo y me rasqué, un poco más fuerte de lo normal y me deje unas marcas, fue entonces que me le quedé viendo a mi brazo y me dije: "Oaw! Esto puede ser ghost-sickness (ver o buscar el episodio 6 de la temporada 4). Encendí el auto y me dispuse a ir hacia la máquina de pago. En la primera había demasiada gente. Odio a esa gente que se queda haciendo cuentas frente a la pantalla de la máquina, como si fuera a regatearle que sólo se pasó un minuto, que no le cobre el siguiente cuarto de hora. ¡Es una máquina! Cómo sea, siempre hay gente que hace eso y que provoca que se haga una larga fila y luego, los que estabamos al final de ella, terminemos pagando un cuarto de hora más por culpa de los minutos que se quedo contemplando la pantalla con cara de "beeeh" la pantallita. Conclusión: preferí correr a la otra máquina que estaba vacía antes de que alguién se me adelantara. Por cierto, también odio que esas dichosas máquinas no acepten los billetes a los que apenas se les ha doblado una esquina. Creo que ese par de argumentos van en favor del cobro personalizado. En fin.
Salí del estacionamiento con las marcas que me había dejado en el brazo por la comezón y aún tenía escozor en el brazo, pero preferí no rascarme más, lo mejor era comenzar a pensar cómo encontraría el fantasma que me había contagiado porque eso de tener pesadillas... no es lo mio y, es un sintoma incluido en la dichosa enfermedad fantasmal.
Seguí conduciendo, la lluvia arreciaba en algunos tramos pero nada grave, salvo por los charcos que hacía patinar a alguna de las dos llantas delanteras alternadamente. Luego hice una parada para conseguir pan. No para mi, yo no tenía apetito (un sintoma más de la enfermedad: pérdida del apetito).
De regreso en el auto y en el camino a casa, pongo el radio, hago un poco de zapping y ¡Voila!: the eye of the tiger.

Muchas coincidencias por hoy.



No dejen de ver este mero.

Y ya por puro gusto, el video original:

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